Quisiera disfrutar constantes conciertos, en los cuales, las cuerdas se compongan por grillos y chicharras; los vientos a cargo de las aves; la percusión representada en las tormentas; y las voces interpretadas por sapos y ranas.
Quisiera ser libre como el viento, indomable como un mustang, sensible como una flor, transparente como el agua, alegre como el prado y fresco como los valles.
Quisiera volver a ser un niño para imaginar figuras en las nubes, soñar con unicornios y correr despreocupado; que los soldados sean de plomo y la policía una ficción; que todos seamos inocentes, incorruptibles y generosos.
Quisiera que cambien las cosas, desaparezcan las aduanas, se extingan los jerarcas y se sacie el hambre del mundo; que la violencia sea cosa del pasado y se ignore el significado de las cárceles, armas y dinero.
Quisiera que esos tiempos lleguen pronto y dejen de verse utópicos.
(SAMU 18/5/2002)
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