Una pregunta recurrente que nos hacemos los que nos identificamos con el ideal libertario es ¿qué posibilidades existen para aplicar en la vida diaria lo que sostenemos en los papeles?
En principio, la pregunta crearía algunos interrogantes más, o quizás, no sabríamos responder al instante. Pero mirando un poco todo el caos (este caos que nos quieren imponer como "orden") en el cual nos movemos diariamente, nos daríamos cuenta que hay muchas más posibilidades de aplicación de las que, en un principio, pensamos.
Sin intentar hacer una lista o "receta" (pues no existe) de qué poder hacer, pienso que el anarquismo es mucho más aplicable en tareas micro que otras ideologías y/o pensamientos que se denominan "realistas", y que, sin embargo, responden con mucha vaguedad ante problemas o situaciones de la vida cotidiana. Parto, ya sea, de las relaciones de amistad o de trabajo; las ideas libertarias son aplicables, en tanto establecer una relación desjerarquizada y tolerante.
También, y aun más, en las relaciones de pareja, donde quizá más se notan y evidencias las "diferencias" ficticias y clasisas (culturales o no), creándose en el vida doméstica un caciquismo mayor que el planteado en el ámbito laboral. Les decía, entonces, que el anarquismo es aplicable en la medida de crearse, cada uno, en forma individual, una moral libre y desprejuiciada, que no contenga más limitaciones que las que nuestra capacidad nos dicte. Es decir, intentar día a día y paso a paso, ser más libres en cuanto a nuestras actitudes y en cuanto a nuestras acciones ante los problemas que nos toque resolver.
Teniendo un espíritu tan autocrítico como constructivo en relación a nuestros logros y fracasos. Y teniendo, como para terminar, dos pensamientos finales: el primero, que nuestra querida utopía la vamos construyendo día a día, de acuerdo a nuestras posibilidades e inquietudes; y el segundo es que esta utopía debe estar fundada, para que crezca y se desarrolle, más en el amor que en el odio, más en la cabeza que en los pies, y que nuestros rechazos y oposiciones vayan acompañados de un replanteamiento (que tanto necesitamos) de objetivos y de métodos, con propuestas claras y éticas.
Hernán
En principio, la pregunta crearía algunos interrogantes más, o quizás, no sabríamos responder al instante. Pero mirando un poco todo el caos (este caos que nos quieren imponer como "orden") en el cual nos movemos diariamente, nos daríamos cuenta que hay muchas más posibilidades de aplicación de las que, en un principio, pensamos.
Sin intentar hacer una lista o "receta" (pues no existe) de qué poder hacer, pienso que el anarquismo es mucho más aplicable en tareas micro que otras ideologías y/o pensamientos que se denominan "realistas", y que, sin embargo, responden con mucha vaguedad ante problemas o situaciones de la vida cotidiana. Parto, ya sea, de las relaciones de amistad o de trabajo; las ideas libertarias son aplicables, en tanto establecer una relación desjerarquizada y tolerante.
También, y aun más, en las relaciones de pareja, donde quizá más se notan y evidencias las "diferencias" ficticias y clasisas (culturales o no), creándose en el vida doméstica un caciquismo mayor que el planteado en el ámbito laboral. Les decía, entonces, que el anarquismo es aplicable en la medida de crearse, cada uno, en forma individual, una moral libre y desprejuiciada, que no contenga más limitaciones que las que nuestra capacidad nos dicte. Es decir, intentar día a día y paso a paso, ser más libres en cuanto a nuestras actitudes y en cuanto a nuestras acciones ante los problemas que nos toque resolver.
Teniendo un espíritu tan autocrítico como constructivo en relación a nuestros logros y fracasos. Y teniendo, como para terminar, dos pensamientos finales: el primero, que nuestra querida utopía la vamos construyendo día a día, de acuerdo a nuestras posibilidades e inquietudes; y el segundo es que esta utopía debe estar fundada, para que crezca y se desarrolle, más en el amor que en el odio, más en la cabeza que en los pies, y que nuestros rechazos y oposiciones vayan acompañados de un replanteamiento (que tanto necesitamos) de objetivos y de métodos, con propuestas claras y éticas.
Hernán
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