En Perú, ese profundo movimiento cultural y revulsivo
que es el anarquismo tiene raíces centenarias. Cuando
aparecieron en América Latina, los movimientos con
rasgos socialistas libertarios provinieron de fuentes
múltiples. Una de ellas fue la influencia de los
derrotados de la Comuna de París, que se desparramaron
por América después de 1871, trayendo consigo los ecos
fermentales de su lucha. También los
internacionalistas de la Primera Internacional de los
Trabajadores, que contribuyeron a la concienciación de
la fuerza del trabajo organizado, generando la
autoestima de su propia fuerza y la solidaridad entre
los de abajo: "La emancipación de los trabajadores
debe ser obra de los trabajadores mismos". Consigna
viva.
Pero el anarquismo tuvo en el Perú la coincidencia de
otra fuerza poderosa. La organización rebelde e
internacional comenzó en Perú al nivel de otros
pueblos latinoamericanos, por iguales necesidades.
Pero para sorpresa de los primeros anarquistas,
constataron que el comunismo agrario libertario, con
raíces en Villamar y Nueva Granada, coincidía
totalmente en el espíritu del colectivismo agrario
comunitario de los ayllus, de los quechuas-aymaras, de
los calpulli, de los mayas aztecas o el mir ruso. En
el Perú como en todo el tawantisuyu, era distinto el
socialismo de Estado del Imperio Inca. Mantenían la
horizontalidad de su organización tribal, y el tiempo
vital de sus etnias.
Se destacó como evaluador de estas características,
entre otros, Manuel González Prada, quien recibió la
impronta del movimiento obrero anarquista
internacional, ejerciendo a su vez una influencia
profunda sobre el anarquismo peruano.
La Federación de Obreros Panaderos Estrella del Perú
surgió en 1904 (nosotros iniciábamos una guerra civil)
luchando por el reconocimiento de la organización y de
las ocho horas de trabajo. En 1907 los anarquistas
crearon el Centro Socialista Primero de Mayo, que dio
origen al Centro de Estudios Sociales Primero de Mayo.
En 1913, los anarquistas organizaron una Federación
Obrera Regional Peruana con estatutos similares a la
Federación Obrera Regional Argentina.
En 1919, el dirigente estudiantil Haya de la Torre
difundió la doctrina de la socialdemocracia, junto a
Mariátegui y César Falcón, propiciando un socialismo
de Estado. Contrario a él fue González Prada, que
adoptaba el internacionalismo de acción directa de la
Primera Internacional en su obra "Horas de lucha" de
1908 (Uruguay padecía al represor Williman y a su jefe
de policía West). Luego continuaba su actividad
anarquista en el periódico libertario Los parias.
Los hermanos Flores Magón, Práxedes de Guerrero y
Emiliano Zapata en México tuvieron un pie indígena,
como los líderes obreros peruanos de principios de
siglo, como Franken y Gutarra, periodistas y
organizadores obreros clásicos que expresaron
propaganda libertaria.
Es por demás interesante conocer en la actualidad cuál
fue la lucha de González Prada y compañeros. Por un
lado contra los propagadores de la socialdemocracia
marxista, la misma que en Rusia desembocaría en el
zarismo rojo, y a renglón seguido en el capitalismo
desarrollista actual. Su segundo frente fue contra el
populismo nacionalista del APRA (Alianza Popular
Revolucionaria Americana), cuyo triste final, para
vaticinio de González Prada, vino dado por el gobierno
de Alan García, administración que desapareció entre
los escándalos de corrupción y entreguismo, muy
similares en todo al gobierno español de Felipe
González.
¿Tenían razón o no los anarquistas peruanos, que con
González Prada combatían los gobiernos populistas
desde 1905? La revolución rusa y el llamado socialismo
marxista, con su Tercera Internacional, aislaron al
anarquismo, planteando un debate político
parlamentario, del cual, con la prueba experimental,
salió perdido para siempre el marxismo, restándole
para sobrevivir la adaptación de ideas libertarias.
¿Se debe repetir el proceso una, otra y otra vez?
L.A.G.
(Opción libertaria)
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